En esta actividad de análisis y reflexión se propone
la lectura y el análisis de uno de los documentos que aparecen en Orientared.
El texto que he elegido tiene por título "Altas capacidades intelectuales". Tras una breve introducción, se presenta una definición de alumnos de altas capacidades intelectuales: “aquellos que destacan en algunas o en la mayoría de las capacidades muy por encima de la media”. Es importante resaltar una matización que se hace en el documento, “El alumnado de altas capacidades intelectuales no forma un grupo homogéneo, y por tanto, no podemos hablar de unas características comunes” y tras realizar esa aclaración, se especifican aspectos respecto a la inteligencia, la creatividad, la personalidad y la aptitud académica.
El texto que he elegido tiene por título "Altas capacidades intelectuales". Tras una breve introducción, se presenta una definición de alumnos de altas capacidades intelectuales: “aquellos que destacan en algunas o en la mayoría de las capacidades muy por encima de la media”. Es importante resaltar una matización que se hace en el documento, “El alumnado de altas capacidades intelectuales no forma un grupo homogéneo, y por tanto, no podemos hablar de unas características comunes” y tras realizar esa aclaración, se especifican aspectos respecto a la inteligencia, la creatividad, la personalidad y la aptitud académica.
En segundo lugar, se presentan diferentes premisas respecto a la identificación
y evaluación, siendo posible tanto en la familia como en el contexto escolar. Dicha
identificación es clave para adaptarse a las necesidades educativas y uno de
los procesos más útiles es la observación tanto en el contexto familiar como
escolar. Entre las orientaciones para la identificación se encuentran un buen
lenguaje oral, un vocabulario muy avanzado para su edad, el disfrute al
aprender, el interés por conocer cosas nuevas…
Tras presentar el procedimiento de evaluación y atención educativa de
estos alumnos, el tercer apartado hace referencia a las necesidades específicas
de apoyo educativo y aunque este grupo no es homogéneo, las principales
necesidades en líneas generales son un ambiente rico y estimulante; autonomía,
independencia y autocontrol; aceptación y confianza por parte del entorno; reconocimiento
de los logros; una enseñanza adaptada a sus necesidades y ritmo personal de aprendizaje;
oferta curricular flexible; recursos educativos adicionales; retos
intelectuales superiores; actividad mental continua, entre otras.
Respecto a la atención educativa, existen tres tipos de medidas de atención
a la diversidad:
- de carácter ordinario que promueven el desarrollo pleno y equilibrado de las capacidades dentro de los objetivos generales de las enseñanzas mediante la posibilidad de agrupar a todos alumnos con estas características.
- de carácter extraordinario que fomenta la adaptación de la enseñanza conforme a las características de cada uno de los alumnos.
- de carácter excepcional donde el alumno de altas capacidades sigue el proyecto educativo a una velocidad mayor que el resto de sus compañeros, reduciendo por tanto la escolarización.
Es fundamental el papel del profesorado en la educación de estos
alumnos de altas capacidades ya que deben crear un buen clima de aula, transmitir
entusiasmo, permitir la autonomía y estar abierto a nuevas propuestas. De igual
forma, se puede establecer una relación de colaboración entre ambos.
Así mismo, la familia tiene un papel crucial ya que de su actitud y de
sus expectativas dependerá el comportamiento
y el desarrollo de un niño con altas capacidades intelectuales. Por todo ello,
la familia debe ejercer su papel educador y socializador; favorecer una educación
integral (aceptándole tal y como es, demostrándole afecto, eliminando cualquier
trato especial, fomentando su autonomía, favoreciendo su relación con otros
niños y exigiéndole responsabilidad); educar en el respeto hacia los demás ( inculcando
valores como la tolerancia, el respeto, la responsabilidad…); estimular las
capacidades ( mostrando comprensión y aceptación, respeto y apoyo, paciencia…);
planificar el tiempo; y colaborar con el centro educativo.
En definitiva, es esencial el
contacto entre la familia y el centro escolar, adaptar el sistema educativo a
sus necesidades específicas basándose en la motivación, pero sin olvidar la integración
de estos alumnos en la sociedad.
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